Versos libres.

A veces tengo miedo de que llegue el futuro
y no disfruto el tiempo que yo paso a tu lado.
Te veo tan feliz dibujando caritas,
saltando en el sofá y cayendo de culo
o viendo una película apoyada en mi hombro,
que pienso que mañana nada será lo mismo,
que querrás disfrutar de tu tiempo con otros,
que odiarás que te pida que no vengas muy tarde,
que no querrás pasar un finde con nosotros.

Ya sé que soy idiota, porque siempre lo he sido,
pero soy tan feliz cada vez que me abrazas,
cada vez que me pides que te cuente otro cuento,
cada vez que cansada me pides que te coja,
cada vez que te escondes debajo de la mesa.
Me pongo a recordar cuando apenas hablabas
y nunca soy capaz de encontrar un momento,
de viajar en el tiempo a los primeros pasos,
de verte sonriendo levantada en tu cuna.

Prometo en estos versos que se acabó la pena,
que intentaré no ver en tus ojos futuros
que me amarguen momentos de soledad y libros.
Me quedo con la niña que zigzaguea en bici,
la niña que me abraza cuando abro la puerta,
la niña que se enfada si regaño a su hermano,
la niña que negocia que le ayude a comer.
E intentaré también repetirme a menudo
que soy afortunado de tenerte en mi vida.